domingo, 7 de octubre de 2012

LA ESPAÑA QUE RESPIRA MÁS SUCIO


España lleva demasiados años superando los techos establecidos de polución. Y la salud de sus ciudadanos lo paga. España incumple tanto los límites de la Unión Europea como los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más estricta. El panorama es negativo en casi todas las ciudades, pero no de forma homogénea. EL PAÍS ha visitado tres puntos que coinciden en la insalubridad de su aire, a partir de datos oficiales de las estaciones de medición.
Según un informe elaborado por Ecologistas en Acción a partir de esas cifras, un 22% de los españoles respira un aire que excede los límites legales de contaminación que marcan las leyes españolas y europeas. Si se atiende a los máximos establecidos por la OMS el porcentaje sube al 94%.
También la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, por sus siglas en inglés), en su último informe, con datos de 2010, denuncia que España excedió los límites de emisión de dióxido de nitrógeno, amoniaco, mercurio y compuestos orgánicos volátiles. Aunque los datos no son homogéneos por comunidades autónomas, varias zonas de España se han visto obligadas a solicitar moratorias o tienen expedientes de infracción por superar los límites establecidos por Bruselas desde 2010. La Comunidad Madrid es la que más problemas de contaminación presenta. Y dentro de la capital, la zona con un aire más insalubre se sitúa muy cerca del parque del Retiro, su pulmón verde. Barcelona Granada y Palma de Mallorca, así como las zonas de Vallès-Baix Llobregat (Barcelona), Bajo Nervión (País Vasco), el corredor del Henares (con Coslada a la cabeza) y la zona sur de Madrid (en especial Getafe), superaban ese año los límites establecidos de dióxido de nitrógeno, según los datos del Ministerio de Medio Ambiente.
Los contaminantes que más problemas de salud originaron en España durante 2011 son las partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), el ozono troposférico (O3) y el dióxido de nitrógeno (NO2), de acuerdo con la ONG ambientalista. Y aunque hubo una ligera reducción de la contaminación respecto al máximo de 2008, la ONG lo atribuye a la crisis económica, que ha reducido el tráfico y el consumo de carburantes, más que a medidas de las Administraciones.
El coordinador del comité de aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología clínica, Francisco Feo Brito, expone que el tráfico de vehículos libera radicales libres, provocando una inflamación a nivel bronquial que daña los epitelios que ayudan a limpiar los pulmones. Además, facilita que los pólenes y los alérgenos tengan más penetración en los pulmones. “Esta inflamación a nivel bronquial provoca en los asmáticos unas laceraciones estructurales no reversibles, que limita su capacidad pulmonar”, explica este médico que asegura que los estudios muestran un incremento de las enfermedades alérgicas desde hace más de una década.
La exposición a las partículas en suspensión pueden acelerar el deterioro cognitivo en adultos, incrementar los ataques al corazón y los ictus cerebrales, según estudios publicados este año en la revista de la Asociación Médica de EE UU. La polución urbana está relacionada con las infecciones respiratorias en menores de cinco años, enfermedades cardiopulmonares y cáncer de pulmón en adultos, precisa la OMS, por lo que reduce la esperanza de vida de manera significativa en los entornos más contaminados

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