El estudio da respaldo científico al antiguo supuesto de que tener una buena reputación supone para las personas un estímulo psicológico. Hacer un cumplido a alguien parece activar el mismo centro cerebral de gratificación que si se le paga dinero, según declararon recientemente unos científicos japoneses.
Declararon que el estudio da respaldo científico al antiguo supuesto de que tener una buena reputación supone para las personas un estímulo psicológico.
"Hemos descubierto que estas clases aparentemente distintas de gratificación (buena reputación o dinero) están codificadas biológicamente por la misma estructura neural, el estriato" declaró el Dr. Notihiro Sadato, del Instituto Nacional Japonés de Ciencias Fisiológicas de Okazaki, Japón.
"Esto nos proporciona la base biológica de nuestra experiencia diaria de que la reputación personal se percibe como una gratificación", declaró Sadato por e-mail.
El equipo de Sadato estudió a 19 personas sanas utilizando una técnica de imágenes cerebrales conocida como imagen por resonancia magnética funcional (fMRI).
En una serie de experimentos, las personas jugaban a un juego en el que se les comunicaba que una de cada tres cartas tenía un premio en efectivo. Luego los investigadores monitorizaban la actividad cerebral que se desencadenaba cuando los sujetos obtenían un premio en metálico. En una segunda serie se informaba a las personas de que estaban siendo evaluadas por extraños basándose en la información obtenida a partir de un cuestionario de personalidad y de un vídeo que habían hecho.
Los investigadores monitorizaron las reacciones a esas falsas evaluaciones, incluido cuando los sujetos creían que los extraños les felicitaban.
Ambos tipos de recompensa provocaron actividad en el área cerebral relacionada con la gratificación. Sadato declaró que el hallazgo supone un importante paso hacia la explicación de los comportamientos humanos sociales complejos, como por ejemplo el altruismo. El hecho de que la gratificación social esté biológicamente codificada sugiere que "la necesidad de pertenecer... es esencial para los humanos", declaró Sadato, cuyo estudio aparece en la revista Neuron. Un estudio similar, publicado en la misma revista por Caroline Zink y sus colegas del Instituto Nacional de Salud Mental, descubrió que la misma región cerebral estaba activa cuando la persona procesaba información relativa al estatus social.
Declararon que el descubrimiento podría tener implicaciones en la manera en que la situación social afecta al comportamiento y a la salud.
Los investigadores crearon una jerarquía social artificial en la que 72 participantes jugaban a un juego interactivo de ordenador con premios en dinero.
Se asignó a los participantes un estatus social que, se les dijo, estaba basado en su habilidad en el juego. Los investigadores monitorizaron su actividad cerebral mientras se mostraban a los participantes fotografías de jugadores inferiores y superiores que supuestamente jugaban al mismo juego en distintas salas. Zink y sus colegas detectaron un aumento en la actividad del centro de gratificación del cerebro cuando las personas ganaban dinero o cuando veían que su situación social aumentaba. "El procesamiento de información jerárquica parece ser innato... y poner de relieve lo importante que es para nosotros", declaró Zink.
Declararon que el estudio da respaldo científico al antiguo supuesto de que tener una buena reputación supone para las personas un estímulo psicológico.
"Hemos descubierto que estas clases aparentemente distintas de gratificación (buena reputación o dinero) están codificadas biológicamente por la misma estructura neural, el estriato" declaró el Dr. Notihiro Sadato, del Instituto Nacional Japonés de Ciencias Fisiológicas de Okazaki, Japón.
"Esto nos proporciona la base biológica de nuestra experiencia diaria de que la reputación personal se percibe como una gratificación", declaró Sadato por e-mail.
El equipo de Sadato estudió a 19 personas sanas utilizando una técnica de imágenes cerebrales conocida como imagen por resonancia magnética funcional (fMRI).
En una serie de experimentos, las personas jugaban a un juego en el que se les comunicaba que una de cada tres cartas tenía un premio en efectivo. Luego los investigadores monitorizaban la actividad cerebral que se desencadenaba cuando los sujetos obtenían un premio en metálico. En una segunda serie se informaba a las personas de que estaban siendo evaluadas por extraños basándose en la información obtenida a partir de un cuestionario de personalidad y de un vídeo que habían hecho.
Los investigadores monitorizaron las reacciones a esas falsas evaluaciones, incluido cuando los sujetos creían que los extraños les felicitaban.
Ambos tipos de recompensa provocaron actividad en el área cerebral relacionada con la gratificación. Sadato declaró que el hallazgo supone un importante paso hacia la explicación de los comportamientos humanos sociales complejos, como por ejemplo el altruismo. El hecho de que la gratificación social esté biológicamente codificada sugiere que "la necesidad de pertenecer... es esencial para los humanos", declaró Sadato, cuyo estudio aparece en la revista Neuron. Un estudio similar, publicado en la misma revista por Caroline Zink y sus colegas del Instituto Nacional de Salud Mental, descubrió que la misma región cerebral estaba activa cuando la persona procesaba información relativa al estatus social.
Declararon que el descubrimiento podría tener implicaciones en la manera en que la situación social afecta al comportamiento y a la salud.
Los investigadores crearon una jerarquía social artificial en la que 72 participantes jugaban a un juego interactivo de ordenador con premios en dinero.
Se asignó a los participantes un estatus social que, se les dijo, estaba basado en su habilidad en el juego. Los investigadores monitorizaron su actividad cerebral mientras se mostraban a los participantes fotografías de jugadores inferiores y superiores que supuestamente jugaban al mismo juego en distintas salas. Zink y sus colegas detectaron un aumento en la actividad del centro de gratificación del cerebro cuando las personas ganaban dinero o cuando veían que su situación social aumentaba. "El procesamiento de información jerárquica parece ser innato... y poner de relieve lo importante que es para nosotros", declaró Zink.
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