Si tu aspecto te obsesiona de un modo enfermizo podría deberse a un "cruce de cables" en tu cerebro. Científicos de la Universidad de California (EE UU) han identificado que las personas que sufren el trastorno dismórfico corporal (TDC), un problema pisquiátrico poco comprendido hasta ahora y que se caracteriza porque los pacientes se perciben desfigurados y feos pese a que su aspecto es absolutamente normal, tienen unas conexiones anormales en las neuronas de su sesera.
Concretamente, Jamie Feusner y sus colegas han detectado que en estos sujetos existen conexiones anómalas entre regiones del cerebro involucradas en la percepción visual y aquellas que se ocupan de procesar las emociones. Para llegar a esta conclusión han empleado una nueva técnica de resonancia magnética que proporciona imágenes con tensor de difusión (DTI) que muestran los tractos de sustancia blanca -el "cableado"- del sistema nervioso. Los hallazgos, publicados en la revista especializada Neuropsychopharmacology, revelan que cuanto menos eficientes son esas conexiones peores son los síntomas, especialmente de comportamientos compulsivos como mirarse continuamente al espejo. "En estos pacientes está alterado el modo en que se conectan distintas áreas del cerebro para comunicar lo que ven y cómo se sienten", aclara Feusner.
Los individuos que sufren trastorno dismórfico corporal tienden a fijarse en detalles minúsculos de su rostro o de su cuerpo en lugar de percibir el conjunto, y al detectar algín "defecto" sufren tanto estrés que no consiguen llevar una vida normal por exceso de miedo a salir de casa, una situación que a veces culmina en suicidio. Los nuevos hallazgos podrían ayudar a diagnosticar quiénes están predispuesto a padecer este problema y a prevenirlo.
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