Un grupo de investigadores argentinos ha encontrado en la Península Antártica los restos de un pingüino fósil gigante. Según las estimaciones, el animal tendría unos 34 millones de años y mediría cerca de dos metros, lo que le convierte en el más alto conocido hasta ahora.
Este gigante del pasado vivió en la Antártida durante el Eoceno superior y convivió con hasta diez especies diferentes de pingüinos. Este dato sugiere que durante aquella época se dieron las condiciones más adecuadas para la expansión de estas aves, que se encontrarían en el continente helado con unambiente óptimo y sin muchos animales marinos con los que competir por el alimento. Los huesos del nuevo ejemplar encontrado indican que, al igual que sus parientes, el animal tenía una gran capacidad de buceo.
El ejemplar encontrado era alto, y además tenía una estructura ósea y muscular muy robusta. Las estimaciones de su tamaño se han hecho a partir del coracoides, un hueso que forma parte de la cintura escapular. "Es posible imaginar que midió mucho más de dos metros", explica Carolina Acosta, responsable del estudio, a la agencia CTyS, "pero no tenemos tantos elementos como para arriesgar una medida más grande". De la misma manera, los investigadores afirman que no se tienen suficientes datos como para definir si el fósil encontrado pertenece a algún género de pingüinos ya descrito, o bien se trata de una especie nueva.
Durante la próxima campaña, que se realizará en el verano antártico, los científicos explorarán la Meseta en busca de nuevos esqueletos que permitan completar la información sobre los hábitos alimenticios y la forma de vida de este desconocido gigante fósil.
Este gigante del pasado vivió en la Antártida durante el Eoceno superior y convivió con hasta diez especies diferentes de pingüinos. Este dato sugiere que durante aquella época se dieron las condiciones más adecuadas para la expansión de estas aves, que se encontrarían en el continente helado con unambiente óptimo y sin muchos animales marinos con los que competir por el alimento. Los huesos del nuevo ejemplar encontrado indican que, al igual que sus parientes, el animal tenía una gran capacidad de buceo.
El ejemplar encontrado era alto, y además tenía una estructura ósea y muscular muy robusta. Las estimaciones de su tamaño se han hecho a partir del coracoides, un hueso que forma parte de la cintura escapular. "Es posible imaginar que midió mucho más de dos metros", explica Carolina Acosta, responsable del estudio, a la agencia CTyS, "pero no tenemos tantos elementos como para arriesgar una medida más grande". De la misma manera, los investigadores afirman que no se tienen suficientes datos como para definir si el fósil encontrado pertenece a algún género de pingüinos ya descrito, o bien se trata de una especie nueva.
Durante la próxima campaña, que se realizará en el verano antártico, los científicos explorarán la Meseta en busca de nuevos esqueletos que permitan completar la información sobre los hábitos alimenticios y la forma de vida de este desconocido gigante fósil.
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